Las premisas del proyecto son ambiguas: ¿se encuentra éste en un pueblo o en una ciudad?¿El paisaje es urbano o montañoso? Las montañas hacen pensar que el proyecto se encuentra en un entorno alpino, pero las dimensiones del proyecto y de las construcciones aledañas son urbanas.
Le geometría de la parcela es triangular y, por lo tanto, resulta difícil plantear un esquema general. Al final, se opta por priorizar las vistas y la luz natural: de este modo, todas las viviendas disponen de buen asoleo y buenas vistas hacia el valle, mediante un bloque lineal al lado norte de la parcela, y de tres torres en el vértice sur de ésta, que dotan de carácter al conjunto.
Éste, pretende contribuir a articular el entorno urbano de apariencia caótica y desordenada, formado por edificios de volumetrías y estilos muy heterogéneos, mediante la inserción precisa de los volúmenes mencionados, que mejoran la definición de los espacios urbanos de este sector de Andorra la Vella.
La fachada que mira a la carretera -orientación norte- que vertebra el valle es urbana: el bloque lineal construye una fachada larga y continua, repleta de ventanas, con el objetivo de definir espacialmente una carretera que pretende convertirse en una avenida en un futuro cercano, y que para lograrlo, necesita fachadas que la delimiten.
En cambio, la fachada que mira a la montaña y al jardín comunitario -orientación sur- tiene grandes ventanales, terrazas y celosías de madera, propias de una arquitectura orgánica, con el objetivo de relacionarse con el paisaje cercano de bosques, prados y montes.